El Gobierno nacional anunció la radicación de una ley de financiamiento (popularmente llamada reforma tributaria) para cerrar el faltante del presupuesto 2026 de Colombia.
En el debate público se habla de una meta de 26 billones de pesos para cubrir el hueco del Presupuesto General de la Nación, en un contexto de déficit fiscal alto.
La discusión ocurre en paralelo al trámite presupuestal y ha encendido preguntas clave: quién pagará más, qué rubros se gravan y cómo se sentirá en el costo de vida, especialmente en la canasta familiar.
Puntos clave de costo a lo largo de la cadena de suministro.
El punto de inicio de la cadena de producción.
El costo de los combustibles y el mantenimiento influye directamente en el flete.
La cadena de frío y los servicios públicos añaden costos a los productos.
El costo final se traslada a la factura del hogar, domicilios y comidas.
La inquietud ciudadana se centra en el mercado del día a día.
El MinHacienda comunicó que no se tocarán los bienes exentos de IVA (por ejemplo, huevos), con lo cual no habría un choque directo sobre esos precios por cambio de régimen.
Sin embargo, analistas y exfuncionarios han advertido que impuestos propuestos a combustibles y otros gravámenes al consumo se transmiten a los costos logísticos, elevando fletes y operación.
En pocas palabras, el alimento puede seguir exento, pero llevarlo del campo a la ciudad podría costar más.
Ese “más” no solo viene del tanqueo: el transporte incorpora peajes, mantenimiento de flota, llantas y lubricantes; la cadena de frío en carnes, lácteos y frutas demanda energía y refrigeración; y bodegas, centros de acopio y plazas de mercado pagan servicios públicos y seguridad.
Además, muchos contratos de transporte se actualizan con fórmulas que indexan el componente de combustible, por lo que el traslado suele darse de forma gradual: primero en mayoristas, luego en distribuidores y, al final, en tiendas y supermercados.
Las zonas apartadas y los productos pesados o perecederos son más sensibles que los bienes livianos y no refrigerados.
Para el hogar, esto se puede reflejar en la factura del mercado, domicilios y comidas fuera de casa; para pequeños comerciantes y restaurantes, en márgenes más estrechos, necesidades adicionales de capital de trabajo y ajustes de precios más frecuentes para no quedar rezagados frente a sus costos.
El Ministerio salió al paso de versiones que hablaban de “sacar” productos de exentos (0% con derecho a descuento de IVA en insumos) y reiteró que no se tocarán.
El caso de los huevos es ilustrativo: como exentos, sus productores descuentan el IVA pagado en cajas, jaulas, equipos, alimento balanceado, medicamentos e insumos avícolas; si perdieran ese tratamiento, el precio final subiría.
La aclaración oficial busca evitar ese golpe directo a la canasta.
El MinHacienda comunicó que no habrá cambios en el IVA de bienes exentos (ej. huevos), lo que evita un choque directo en sus precios.
Analistas advierten que impuestos a **combustibles y otros gravámenes** se transmiten a los costos logísticos, elevando fletes y operación.
Ese “más” en costos de transporte viene de **peajes, mantenimiento, llantas, lubricantes**, y la **energía** para la cadena de frío.
El traslado del costo suele darse de forma gradual: primero en mayoristas, luego en distribuidores y, **al final, en tiendas y supermercados**.
Las **zonas apartadas** y los **productos pesados o perecederos** son más sensibles a estos aumentos que los bienes livianos y no refrigerados.
Esto se puede ver en la factura del **mercado, domicilios y comidas fuera de casa**. Los pequeños comerciantes verán **márgenes más estrechos**.
Una pieza central del debate es el IVA a combustibles. En las entrevistas el MinHacienda habló de un esquema progresivo:
Quienes cuestionan la medida subrayan que gasolina y ACPM encarecen fletes, el transporte de víveres y servicios que usan gas; por eso anticipan presiones de precio a lo largo de la cadena.
Es una ecuación simple: si sube el combustible, sube mover la comida.
Sin IVA pleno para combustibles. No hay impacto directo por este proyecto.
Gasolina: El IVA sería del 10%. Esto presionaría el costo de los fletes.
Gasolina: El IVA alcanzaría el 19%. Se intensifican las presiones de precios.
ACPM: Iniciaría la transición del IVA, afectando el transporte de carga.
Un costo más alto para el transporte se refleja en los precios de la comida en tiendas y supermercados.
Adicionalmente, la nueva propuesta traería los siguientes impuestos:
Cabe aclarar que estos gravámenes solo se harán efectivos si la aprobación en el Congreso de esta nueva propuesta de reforma tributaria es efectuado.
Licores, tabaco y vapeo
Esquemas que escalan hasta 19%.
Juegos de azar
IVA a apuestas/loterías en revisión.
Plataformas y compras digitales
IVA con umbrales discutidos: < USD $200 y < $200.000.
Vehículos híbridos
Tratamiento propuesto: IVA 19%.
Eventos (boletas)
IVA para boletas superiores a $500.000.
Exportaciones de carbón y petróleo
Gravamen del 1% sobre exportaciones.
Para entender el alcance real de la nueva reforma tributaria, lo más útil es leer la exposición de motivos del proyecto en discusión.
Allí se explican objetivos, estimaciones de recaudo y cambios propuestos.
Si te interesa saber más sobre el borrador de la reforma puedes hacerlo aquí:
Si no ves el visor, abre el documento aquí.
Para personas y hogares, el efecto se vería en el transporte cotidiano, el mercado y el entretenimiento: si se materializa el IVA a combustibles (10% en 2026; 19% en 2027) y el tránsito del ACPM a 2028, suben los fletes y eso presiona los precios de alimentos; además, gravámenes a licores, eventos y compras digitales tensan el presupuesto familiar.
Para empresas, el impacto pasa por estructura de costos (energía, logística, transporte), márgenes y precios, y la necesidad de recalibrar contratos de suministro/distribución, revisar renta y patrimonio y fortalecer controles para evitar contingencias en el cumplimiento.
Una guía paso a paso para prepararte ante los cambios fiscales.
Analiza tu exposición a los costos logísticos y operativos (gasolina, ACPM, gas).
Identifica qué rubros de tu negocio son más sensibles a los cambios (ej. boletas de eventos, cuotas de administración, licores).
Modela cómo afectarían precios futuros del combustible (10% en 2026, 19% en 2027) y la transición del ACPM.
Revisa tu cumplimiento en renta y patrimonio ante posibles ajustes de tarifas y umbrales.
Mantén tu contabilidad y soportes en orden para evitar costos por errores formales.
Trabaja con tu asesor contable o tributario para tomar decisiones tácticas en el calendario fiscal.
En momentos de cambio tributario, un buen gobierno corporativo y controles adecuados ayudan a reducir riesgos y facilitan la toma de decisiones.
Si tu empresa está creciendo o ha alcanzado nuevos umbrales regulatorios, es clave confirmar si está obligada a tener revisor fiscal y qué implica esto para sus reportes y el cumplimiento normativo.
Si tienes dudas sobre la necesidad de una revisoría fiscal en tu negocio, te compartimos una guía interactiva con recomendaciones prácticas que te dará claridad y consejos valiosos.
En Marín Ríos Consultores acompañamos a compañías y contribuyentes que prefieren prevenir antes que corregir: traducimos el articulado a números concretos, modelamos escenarios de costos y precios y fortalecemos tu cumplimiento para que los cambios no te sorprendan, sino te encuentren con un plan claro.
Agenda una asesoría y convierte la incertidumbre en decisiones medibles para tu bolsillo y tu operación.
Somos expertos en Contablidad para Pymes
Sí buscas empezar a tercerizar tus procesos contables, píde una consultoría gratuita aquí.
Servicio
Recursos
Nosotros
Contacto