Contratar un revisor fiscal es una obligación legal para muchas empresas en Colombia, pero también puede ser una estrategia de control clave incluso para quienes no están obligados.
En este blog te explicamos cuánto cuesta aproximadamente este servicio, qué variables afectan el valor y en qué casos se requiere por ley. Además, te contamos qué hace exactamente un revisor fiscal y por qué su trabajo es tan relevante para la salud financiera y legal de cualquier organización.
En Colombia, esta profesión tiene una gran relevancia y demanda, con salarios que oscilan entre los 2 y 6.3 millones de pesos mensuales, dependiendo de factores como:
Tamaño y complejidad de la empresa: a mayor cantidad de operaciones, más tiempo y detalle requiere la revisoría.
Sector económico: sectores regulados como el financiero, salud o solidario exigen un nivel más alto de responsabilidad y reportes.
Experiencia del profesional: revisores fiscales con más trayectoria o certificaciones especializadas suelen cobrar tarifas más altas.
Cobertura del servicio: si solo se revisa información contable o también se incluye visita presencial, acompañamiento tributario o cumplimiento normativo.
En empresas pequeñas, el servicio podría costar entre $1.500.000 y $3.500.000 mensuales si se terceriza. Para medianas y grandes empresas, el costo mensual puede llegar a superar los $6.000.000 cuando el profesional trabaja de forma exclusiva.
No todas las empresas están obligadas a contar con un revisor fiscal, pero en 2025 deberás hacerlo si cumples con al menos uno de estos dos criterios:
Activos brutos al 31 de diciembre de 2024 iguales o superiores a 5.000 SMMLV (salarios mínimos mensuales legales vigentes). Con un SMMLV de $1.300.000, eso equivale a $6.500 millones.
Ingresos brutos durante el año 2024 iguales o superiores a 3.000 SMMLV, es decir, $3.900 millones.
También es obligatoria para:
Sucursales de sociedades extranjeras en Colombia
Sociedades por acciones (S.A. y S.C.A.) sin importar su tamaño
Empresas con socios excluidos de la administración con más del 20% del capital
Entidades sin ánimo de lucro que superen los topes o cuyo sector lo exija
El revisor fiscal es un contador público independiente que tiene la función principal de revisar, auditar y evaluar la información contable y financiera de una entidad. Pero su rol va más allá de revisar cifras:
Verifica que los estados flejen con exactitud la situación económica de la empresa. Esto significa revisar saldos, analizar tendencias, confirmar cifras y asegurarse de que los informes contables realmente representen lo que está ocurriendo en el negocio.
Este rol regulador permite detectar incumplimientos a tiempo y evitar sanciones por errores en la presentación de la información financiera.
Esos informes son fundamentales tanto para los socios como para entidades externas como bancos, inversionistas o autoridades de supervisión.
Este aspecto es clave para garantizar la transparencia y proteger los recursos de la organización frente a malas prácticas internas o externas.
Al tener una visión técnica e independiente, el revisor fiscal puede alertar sobre riesgos y proponer mejoras en los procesos financieros y administrativos.
Muchas empresas solo consideran este servicio cuando la ley lo exige, pero tener un revisor fiscal puede representar una ventaja competitiva:
Mejora la confianza de socios, bancos y clientes.
Refuerza los controles internos.
Reduce errores contables y tributarios.
Facilita el acceso a créditos y procesos de auditorías externas.
Además, al externalizar este servicio con un equipo especializado, se obtiene una mirada externa e imparcial sobre las finanzas del negocio, sin que sea necesario aumentar la carga laboral interna.
Aunque el costo es importante, elegir un revisor fiscal debe basarse también en:
Experiencia comprobable con tu tipo de empresa
Actualización permanente en normativas y NIIF
Capacidad de comunicación clara con socios o gerencia
Confidencialidad, independencia y criterio profesional
Muchas empresas hoy están optando por tercerizar este servicio con firmas especializadas que garantizan cumplimiento legal, seguimiento continuo y acompañamiento a medida.
Depende del tamaño de tu empresa y las necesidad especificas que requieras de tu contador, el costo está por encima de $1.500.000 mensuales.
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